Un naco en bellas artes.

Como ya les había comentado en un post anterior, estaba que me hacia del baño (Para no decir surraba, pero bueno, ya lo hice) por el concierto en el que participarían Philip Glass, Ute Lemper y Laurie Anderson en Bellas Artes.

Después de mover nuevamente cielo, mar y tierra para conseguir lana para el boleto, me lance ese mismo día (El martes pasado) temprano por mi boleto. En la entrada, el clásico revendedor que te dice “’pa lo de hoy no hay, pero yo tengo”, pero pues como siempre salen con esa mamada, lo mande a la chingada y me fui a la taquilla.

Ya allí, me entero que ese pendejo tiene razón, ya se habían acabado, y pues voy para afuera de nuevo con ese guey.

-¿Cuánto?
-¿De cuales quieres?
-De los de 500…
-Esos te los dejo en 800.
-No mames, te doy 600.
-Dame 750, son primera fila de esa sección.
-Te doy 600.
-Ya, dame 700.
-Te doy 600
-Ni tú ni yo: 650
-Te doy 600
-Bueno…

Ya finalmente con mi boleto en la mano, me regrese a comer como naufrago a la casa, para no tener que gastar después en comida –mi precaria situación no me permite comer en la calle en estos días- y lanzarme de nuevo a Bellas Artes.

Llegue a eso de las 7:30, excelente tiempo para un evento que empieza a las 8:00pm, estaciones mi súper Chevi en el estacionamiento de Bellas Artes – del cual les hablare después- y me dirigí a la entrada.

Como era de esperarse, el lugar estaba lleno de judíos (O “judíos de mierda” como acertadamente diría el buen Eric Cartman”). ¿Por qué tanto pinche judío se preguntaran Uds.? Pues bueno, el motivo de este evento era la conmemoración de los 60 años del holocausto.

Además de estos cabrones, el lugar estaba lleno de pura gente que no tenia ni puta idea de que se trataba esto (Como aquella ocasión que vino Art Zoyd a musicalizar metropolis al auditorio), simplemente había que ir a hacer pose, bloffear, sentirse culturoso… hacerle a la mamada, básicamente.

Allí los tienes a todos en sus mejores garras, todos bañaditos, con sus trajecitos, bien perfumaditos y yo en mis acostumbradas garras changándome un cigarro en la entrada.

Ya en la fila, se me acerca Ciro Gómez Leyva (Si, el que daba las noticias en el 40) y se forma atrás de mi, mientras todo el mundo me veía raro, cosa que desde luego a mi me valía absolutamente madres.

Ya instalado en mi lugar –fui solo, esta cabrón que alguien más quiera ir a esta clase de desmadres- me encogía para que todos los demás pasaran a los suyos mientras yo le daba una leída al programa, el cual me divertía bastante leyendo como los pobrecitos juidios han sufrido a través de la historia… aja.

A eso de las 8:20, las luces se apagaron y comenzaba el chow.

Ok, antes de empezar con esto, les voy a hablar básicamente de quienes yo iba a ver. Me declaro no conocedor del trabajo de los demás gueyes y seria chopearlos.

Después de un par de obras interpretadas por la orquesta (Muy buenas por cierto) salio ese chingonazo que es Philip Glass.

Mientras el tocaba el piano, se proyectaba la grabación de un judío sobreviviente de un campo de concentración exiliado en México. Después de esto, se proyectaron los nombres de un chingo de gueyes muertos en el holocausto mientras una actricilla mexicana recitaba sus nombres fuera del escenario. Ambas partes estuvieron muy chingonas, sonando mucho a las cosas que Glass ha hecho para varios soundtracks.

Todavía con Glass en el escenario, aparece Laurie Anderson en el scenario. Casi chillo de la emoción.

Hicieron algo muy parecido a lo que ya había hecho Glass: Mientras el tocaba, ella leía una carta rememorando eventos del ya mencionado holocausto. Chingonsisimo.

Al concluir esto, aparece nuevamente la orquesta en el escenario acompañada de Ute Lemper. No mamen. Que pinche voz. Se echo un tema describiendo –y medio actuando- el éxodo judío en la segunda guerra mundial. Impresionantes los matices vocales de esta mujer.

Después de un intermedio de 15 minutos, se reanudo el evento.

Para continuar, y después un par de interpretaciones más por parte de la orquesta, Laurie Anderson regresaba al escenario. De los 3 músicos que especialmente fui a ver, ella era la que me daba más curiosidad por escuchar. Acompañada de un violín lleno de efectos, equipos electrónicos y su voz, se echo una canción especialmente preparada para el evento… Y no me decepciono. La pura vanguardia musical sobre el escenario. Solamente ella haciendo música impresionante, tocando todos los instrumentos, otro pedo, la verdad.

Nuevamente, llegaba al escenario Ute Lemper, usando un entallado vestido de noche que la hacia ver todavía más impresionante. Se hecho un par de canciones muy en la onda de sus trabajos de las obras de Kurt Weill, bastante cabaretescas, estilo que le ha hecho ganar fama mundial. La ovación al final de su actuación fue impresionante (Aunque creo yo que esos aplausos los merecía más Laurie Anderson, pero pues casi nadie la conocía).

Para concluir, la orquesta de hecho una obra bastante buena –que en momentos sonaba muy influenciada por ese chingon que fue Igor Stravinsky-, de unos 40 min de duración.

Por cierto, a estas alturas la pendeja que tenia a un lado ya me tenia hasta la madre, pues la muy pinche naca se ponía a aplaudir cada que la orquesta hacia un silencio o cambiaba de movimiento.

Como siempre sucede, la presentación de todos los músicos involucrados en el evento – Donde nuevamente Lemper se llevo una cantidad impresionante de aplausos- y momento de irnos a casita.

Más de 3 horas de música y no mamadas.

Pero esto no era todo, no. El estacionamiento. No la chinguen.

Para empezar, el lugar solamente tiene una pinche mini entrada donde con problemas pasan dos personas al mismo tiempo, ahora imagínense esto con toda la gente que iba saliendo.

Y lo peor: El precio. ¡¡110 pesos por 4 horas de estacionamiento!! ¡Hijos de puta! (Nuevamente citando al buen Eric Cartman). ¿Pues quien chingados me lo encero?

Se pasan, pero valió la pena… Uds. disfruten a U2…