Lifeless groupies tour Pt2: Monterrey

Día 3: Con una hueva inimaginable, nos levantamos el sabadito temprano para emprender camino hacia el aeropuerto. Nos enfilamos hacia aerocalifornia (¿Así o más jodidos?) para recibir nuestros pases de abordar ¿y quienes creen que estaban allí? Así es, debido a que los de dilemma son unos pinches macanas, mandaron a the gathering por esa aerolínea payaso. Mejor para nosotros.

Un rápido hola con ellos y con el único de Dilemma que los acompañaba (El buen Max, y sobra decir que es el único buen pedo de esos gueyes). La banda paso a la sala de espera, mientras nosotros buscábamos un pinche cajero para que Román sacara algo de billete.

Ya a esas horas (Como las 10:30), la tripa empezaba a reclamar lo suyo y decidimos pasar a comer algo antes de abordar el avión. Nuevamente, en la mesa de alado, se encontraba la banda haciendo lo mismo, pero pues para no ser demasiado chingativos, los dejamos en paz y nos dispusimos a comernos nuestros pincherrimos burritos que compramos en Burger King.

Llegado el momento para subir al avión, nos damos cuenta que de que a Israel y al pinche Iván les toca justo a lado de ellos. ¡Carajo! ¡A mi me habían ofrecido esos asientos y los rechace! Por Israel me dio gusto, pero por el pinche Iván, que ni tan fan es y solo fue a hacer bola no.



Al momento de guardar mi maleta en el avión, se dio otro encuentro con el tour manager del mal: Aunque mi maleta no era muy grande, si era bastante estorbosa, y debido a que fuimos de los últimos al subirnos al avión, ya no había mucho espacio en el maletero, por lo cual había decidido que bajaran mi maleta con el demás equipaje, no había pedo. En eso llego un pelele de la aerolínea y me dijo que no había pedo, que ahorita le encontrábamos un espacio. El guey este movió una de las guitarras de rene menos de 20cm, quito la mochila de Román y listo, metió mi maleta.

En eso, el pinche holandés este pego un brinco de su lugar y me grito –casi de lado a lado del avión- “The guitar!!!!!”. No hice más que decirle que no había pedo, que la guitarra prácticamente ni se movió, y que es más, estaba bastante lejos de mi maleta. Al pinche güero este le valió madres lo que le dije y fue a abrir el maletero y empezó como pinche loco a mover todo. Como podrán imaginarse, lo mande directito a la chingada y ni caso le hice, pues allí se la pelaba, era el avión y no tenia la más puta autoridad.

Y bueno, como ya les había mencionado, me toco bastante lejos del grupo, y pues aunque hubiera estado cerca no me hubiera puesto a chingarlos, así que en cuanto pude, caí dormido en el avión. Lo poco que vi. es que Rene y Frank le hacían la plática a Israel (¡Y no al revés!) quien con su charrísimo ingles les pregunto varias cosas muy interesantes, de lo que después me enteraría. Por cierto, este era el primer vuelo en avión de mi compadre, por lo cual estaba nerviosismo, motivo por el cual Frank le dijo varias cosas para tranquilizarlo. Dicen las malas lenguas que hasta un besito le dio, pero, por suerte, eso no me consta. Lo que si me consta, es que fue el nacimiento del nuevo amor platónico de mi carnal.

Ya llegando al aeropuerto, nos fuimos junto con ellos a recoger las maletas (El viaje seguí a no se que pinche lugar, y fuimos los únicos que nos bajamos) mientras el pendejo de iban iba gritando no se que tantas pendejadas. Nuevamente, todos se portaron a todisima madre (Bueno, Hans andaba medio de jeta, pero hasta allí), momentos para seguir platicando con ellos, unas cuantas fotitos mas, unas firmas, hacerla de traductor.






Momento de salir de allí y sentirnos rockstars por un momento, jajaja. Había algunos fans esperándolos, y ya se imaginaran, nosotros bien chingones saliendo junto con ellos.

Rene y Marjo van y se despiden personalmente de nosotros con un “See you tonite” y surgía otro problema: ¿Y ahora como chingados nos movemos?
Si, lo más lógico era tomar un taxi al centro, pero los muy hijos de puta nos cobraban $280, un lujo que unos muertos de hambre como nosotros no podíamos darnos, así que no se quien de nosotros le dijo a un fan que medio nos había hecho la platica allí “Oye, ¿Para donde vas?” el guey este nos dijo que para el café iguana, motivo por el cual nos brillaron los ojitos y luego luego le pedimos un ride, el cual sin pedos acepto darnos. A toda madre este cabron, no sabe el paro que nos hizo.

Nos boto justo en la puerta del lugar, donde haría su aparición mi buen tocayo, que la andaba –como siempre- haciendo de ingeniero de sonido y nos aviso que ya todos los cuates habían llegado y que estaban en un hotel a la vuelta. En eso llego el buen Carlos, que había llegado esa mañana a Monterrey junto con Karen, Faridee y Daniel.

Llegamos al hotel y allí estaban los ya mencionados junto con los cuates norteños: Ana, Zoe, Tochiro, Edgar y un gringo muy cagado del foro.





Debido a que en ese pinche rancho (Si, Monterrey es un pinche rancho también) hacia un calor infernal, no había otra alternativa mas que ir por unas buenas cervezas, gracias a lo cual se origino esa ya legendaria conversación entre Israel y Edgar (Quien es de chihuahua)

-Oye, ¿Y aquí donde venderán birria?
-¿Birria?. Yo ya desayune, lo que quiero son unas chelas.

Lugar extraño es el norte, donde le llaman birria a la cerveza.

Ya bastante entonados, nos dirigimos a la firma de autógrafos que se llevaría a cabo a unas cuantas cuadras de donde estábamos. Como el pinche calor no bajaba, nos valió madres y nos llevamos unas camineras. Digo, si ya estoy acostumbrado a torear policías aquí, que tan difícil podía ser el Montegay.

La verdad, algunos de nosotros no pensábamos en ir a la firma, pero pues que chingaos, ya estábamos allá. Después de esperar por unos 45min, el tocayo nos avisa de que el grupo todavía ni había hecho la prueba de sonido, por lo cual era muy probable que la firma no se hiciera –siempre no se hizo-. Todos regresaron al hotel, pero pues yo que quede allí con Edgar que estaba esperando a unos amigos suyos.

Ya después de un rato nos regresamos al hotel, donde solo encontramos a Israel y a Ivan, pues los demás ya se habían ido a formar. Este par de cabrones estaban fumando no se que cosa rara, y yo, en mi total inocencia, les pedí que me dieran una fumadita, para saber de que se trataba.

Israel y yo solo le dimos un par de jalones, pero el pinche Ivan, que es un pinche atascado, le fumaba y le fumaba. Israel se fue con Edgar al Iguana y yo me quede a bañarme mientras ese guey seguía de pinche atascado.

Ya medio pacheco y con un chingo de hambre, me fui al lugar, mientras Ivan tuvo una genial idea: Se iba a dormir un rato debido a la grifa espantosa que traía y allá nos caía. Gran error de su parte.

Llegue al Iguana y allí estaban todos formaditos, me comí 2 rebanadas de horrenda pizza, lo cual ayudo a que me diera el bajón y estuviera en mis 5 para el concierto. Por cierto, memorable la peda que ya traía Román, quien estuvo a punto de ser masacrado por Karen Y Faridee en incontables ocasiones debido a sus gritos de borracho mala copa.

Ya sabíamos que debido a que el escenario esta altísimo, era una pendejadota irnos hasta adelante, y según esto, el tocayo había logrado que nos dejaran estar en el segundo pido, junto a la consola, donde se veía pocamadre, pero los gueyes del lugar se pusieron extremadamente mamones y de una manera muy gentil nos pidieron que nos retiráramos de allí. Ni pedo.

Hasta eso, logramos agarrar un excelente lugar en medio donde pudimos disfrutar del concierto sin mayores problemas.

Ahora si, se echaron ese clásico que es In Motion 1, además de Inuit. Brincamos y cantamos como si fuera rebelde (Ahuevo!). Anneke se veía muchísimo mejor y con un chingo de energía, el resto de la banda igual que el día anterior: Excelente.



Después de sendo concierto, yo estaba que no aguantaba el cuerpo. Me encontraba extremadamente madreado, y para colmo, al otro día teníamos que estar a las 6am en el aeropuerto.

En eso, llego el pendejo de Ivan reclamandonos por lo que era obvio sucedería: El pendejo se quedo dormido. Eso le pasa por pinche vicioso atascado al cabrón.

Ya afuera, nos encontramos a otro cuate y al guitarrista de Elfonia, que lo primero que me pregunto fue “¿Ya no tuviste problemas para ir por tu carro?”. Hijo de la chingada, si te hubieras cooperado con 20 pesos pa la gasolina en aquella ocasión…

Seguíamos afuera del Iguana y yo ya rogaba por llegar a la cama, pero el increíble material norteño que desfilaba por allí me obligaba a no hacerlo.

Ya en el hotel, todos se iban a ir a un bar que el tocayo recomendó, pero mi cuerpecito ya no respondía. Todos se fueron y yo caí como tabla en la cama.

Próximamente: Guadalajara, o como la simpleza llega a niveles extremos,